viernes, 29 de junio de 2007

SI LO DICE LA BIBLIA...


Un radioclip dedicado a quienes creen en la letra y no en el espíritu de la Palabra de Dios.


LOCUTOR Laura Schlessinger, conocida locutora de radio de Estados Unidos, tiene un programa donde aconseja a los oyentes. Recientemente, Laura atacó a los homosexuales...

LAURA La homosexualidad es una perversión. Así dice la Biblia en el libro del Levítico, capítulo 18, versículo 22. Escuchen:

VOZ (CON ECO) No tendrás relaciones con un hombre como se hace con una mujer. Esto es abominable.

LAURA Está claro, ¿no? Lo dice la Biblia. Y punto.

CONTROL MÚSICA SACRA

LOCUTOR Días después, un radioescucha de Laura Schlessinger, residente en Estados Unidos, le dirigió esta carta abierta.

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HOMBRE Querida Doctora Laura:
Gracias por dedicar tantos esfuerzos a educar a la gente en la Ley de Dios. He aprendido muchísimo de su programa e intento compartir mis conocimientos con todas las personas. Cuando alguien intenta defender la homosexualidad le recuerdo que el Levítico, capítulo 18, versículo 22, establece claramente que esta orientación sexual es una abominación. Y punto, como usted dice.

Sin embargo, necesito algún consejo adicional de su parte respecto a otras leyes bíblicas y cómo cumplirlas.

Por ejemplo, me gustaría vender a mi hija como sierva, tal y como indica el libro de Éxodo capítulo 21, versículo 7. En los tiempos que vivimos, ¿qué precio piensa usted que sería el más adecuado?

También el Levítico, capítulo 25, versículo 44, enseña que puedo poseer esclavos y esclavas, siempre que sean adquiridos en naciones vecinas. Un amigo mío asegura que esto es aplicable a los mejicanos, pero no a los canadienses. ¿Me podría aclarar este punto? ¿Por qué no puedo poseer esclavos canadienses?

Sé que no estoy autorizado a tener contacto con ninguna mujer durante su período de impureza menstrual, según ordena el Levítico, capítulo 18, versículo 19. Mi problema es: ¿cómo puedo saber si lo están o no? He intentado preguntarlo, pero bastantes mujeres son reservadas o se sienten ofendidas.

Tengo un vecino que insiste en trabajar los sábados. El Éxodo capítulo 35, versículo 2, dice claramente que ha de recibir la pena de muerte. ¿Estoy moralmente obligado a matarlo yo mismo? ¿Me podría aliviar usted esta molestia de alguna manera?

Otra cosa, doctora Laura. El Levítico, capítulo 18, versículo 21, dice que uno no puede acercarse al altar de Dios si tiene un defecto en la vista. He de confesar que necesito gafas para leer. ¿Mi agudeza visual tiene que ser del 100 por ciento? ¿Se puede rebajar un poco esta exigencia?

Otra pregunta. Gracias al Levítico, capítulo 11, versículos 6 al 8, sé que tocar la piel de un cerdo muerto me convierte en impuro. Aun así, ¿puedo continuar jugando al fútbol si me pongo guantes?

Una última consulta. Mi tío tiene una granja. Incumple lo que se dice en el Levítico capítulo 19, versículo 19, ya que planta dos cultivos distintos en el mismo campo, y también lo incumple su mujer, ya que lleva prendas hechas de diferentes tejidos, algodón y poliéster. Él, además, se pasa el día maldiciendo y blasfemando. ¿Es realmente necesario llevar a cabo el engorroso procedimiento de reunir a
todos los habitantes del pueblo para lapidar a mis tíos como pide el mismo Levítico en el capítulo 24, versículos 10 al 16? ¿No podríamos sencillamente quemarlos vivos en una reunión familiar privada,
como se hace con la gente que duerme con sus parientes políticos, tal como se indica en el libro sagrado, capítulo 20, versículo14?

Sé que usted, doctora, ha estudiado estos asuntos con gran profundidad, así que confío plenamente en su ayuda.

Gracias de nuevo por recordarnos que la palabra de Dios es eterna e inmutable. Y punto.

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LOCUTORA Este radioclip está dedicado a quienes creen en la letra y no en el espíritu de la Palabra de Dios.

2 comentarios:

Pumpullo dijo...

En el Libro III de Los Reyes, en el capítulo XVIII se presenta una especie de apuesta entre los seguidores del Dios Verdadero y los adoradores de Baal. Los adoradores pierden por goleada. Siguiendo la Sagrada Escritura ¿puedo degollar a los que pierden alguna apuesta? El versículo 40 es clarísimo al respecto.

Pumpullo dijo...

En el Libro III de Los Reyes, en el capítulo XVIII se presenta una especie de apuesta entre los seguidores del Dios Verdadero y los adoradores de Baal. Los adoradores pierden por goleada. Siguiendo la Sagrada Escritura ¿puedo degollar a los que pierden alguna apuesta? El versículo 40 es clarísimo al respecto.